12 Dic El Dr. Antonio Tejerina interviene en la Mesa redonda sobre cáncer de mama en el marco del “VIII Seminario Internacional e Interuniversitario de Biomedicina y Derechos Humanos”
La cirugía de disminución de riesgo es, actualmente, la única opción que reduce en más de un 90% las posibilidades de desarrollar un cáncer para mujeres que son portadoras de mutación genética. Estos datos se han puesto de manifiesto durante la mesa de trabajo “Cáncer de mama: modelo de atención sanitaria e investigación biomédica”, en el marco del “VIII Seminario Internacional e Interuniversitario de Biomedicina y Derechos Humanos”, que se está celebrando en el Ateneo de Madrid.
El interés por este ámbito de la cirugía y la demanda de información sobre la posibilidad de desarrollar cáncer de mama u ovarios de tipo familiar ha aumentado en los últimos meses debido, principalmente, a la divulgación que hizo Angelina Jolie sobre su sometimiento a esta intervención para minimizar los riesgos de padecer cáncer.
Sin embargo, ser portadora de la mutación del gen BRCA1 o BRCA2 no implica que se vaya a padecer cáncer con seguridad, sino que, en el caso del cáncer de mama, aumentan las posibilidades del 12 al 85%. “Sólo un 5% de cánceres de mama son de origen familiar, por lo tanto es importante realizar un estudio genético solo cuando sea necesario”, ha aclarado el doctor Antonio Tejerina, cirujano del Centro de Patología de la Mama-Fundación Tejerina, que ha participado en la mesa de trabajo sobre cáncer de mama junto a otros expertos, y ha llevado a cabo la ponencia “Cirugía de disminución de riesgo. Situación actual y controversias”, donde ha explicado los nuevos avances en esta materia.
En la actualidad, existen dos tipos de cirugías de disminución: la mastectomía subcutánea y la ooforosalpingectomia, para los cánceres de mama, y ovario y trompas, respectivamente. “La mastectomía subcutánea ha tenido, durante años, mala reputación, ya que se asociaba a la amputación del pecho. Sin embargo, ahora contamos con técnicas que rehacen la mama en la misma intervención y conservan la piel, areola y pezón de la paciente, preservando así la imagen corporal inicial”, ha indicado el experto.
Así, las prótesis actuales con forma anatómica son seleccionadas a partir del morfotipo de la mujer, lo cual, unido a la utilización de la propia grasa obtenida de otras partes del cuerpo, ha mejorado mucho los resultados de la reconstrucción mamaria final. “La finalidad de esta cirugía no es solo reducir el riesgo de padecer cáncer, sino también eliminar la posible preocupación del paciente y mejorar su calidad de vida. Por ello, es esencial disponer de una buena información acerca del caso particular de cada paciente y contar con un asesoramiento especializado por parte de un especialista”, ha concluido el doctor Antonio Tejerina.